La mayoría de las redes de carreteras del mundo se ven afectadas por peligros naturales y antropogénicos. Los más comunes son los desprendimientos de tierras, los flujos de escombros, las inundaciones interiores y costeras, los terremotos y la nieve a la deriva. Los riesgos de origen humano incluyen, por ejemplo, las colisiones y los sabotajes, mientras que los incendios forestales pueden ser provocados por el calor extremo y el encendido descuidado o intencionado por parte del público en general. Los más graves de estos peligros pueden afectar a amplias zonas durante largos periodos, lo que supone un riesgo significativo para las comunidades, sus medios de subsistencia y las infraestructuras críticas. Las redes de carreteras pueden sufrir daños importantes durante estos fenómenos. Además, la perturbación y la pérdida de servicios pueden tener un impacto socioeconómico significativo en una zona mucho más amplia que los lugares dañados, poniendo en peligro los esfuerzos de socorro, aislando a las comunidades vulnerables y creando efectos en cadena en una red de carreteras mucho más amplia. Las infraestructuras, instalaciones y servicios críticos suelen depender de una red de carreteras segura y operativa, por lo que es imperativo que las autoridades viarias sean capaces de responder de inmediato y en colaboración con otros socios de emergencia.
La Evaluación Rápida de Impactos (EIR) es la base de la capacidad de las autoridades viarias para responder con rapidez y eficacia en caso de peligro. La RIA garantiza una recopilación y un intercambio óptimos de datos sobre los daños entre los servicios de emergencia y los proveedores de infraestructuras críticas inmediatamente después de que se produzca un peligro, de modo que las decisiones sobre la prioridad y la respuesta puedan tomarse con rapidez y eficacia. Sin esto, las autoridades viales pueden tender a trabajar de forma aislada, pueden estar mal informadas y pueden tomar decisiones que más tarde resulten incorrectas y potencialmente perjudiciales para otras partes interesadas.
La RIA requiere preparación, porque sin ella la autoridad de carreteras y sus socios de respuesta a emergencias no tendrán estructuras ni procedimientos que seguir. Carecerán de los recursos (humanos y físicos) necesarios para responder de forma eficaz y oportuna porque no habrán aprendido de catástrofes anteriores y no habrán sido capaces de anticiparse a los posibles resultados. La preparación también requiere disponer de un sistema preparado para emergencias, con procedimientos operativos fijos para recopilar los datos necesarios sobre daños y transmitirlos a un centro de gestión de emergencias para su análisis, evaluación de impacto y priorización.
Una EIR eficaz no es patrimonio exclusivo de los países de renta alta. Podría decirse que los países de renta baja y media tienen mucho más que ganar con su integración en los procedimientos operativos estándar. Esto no requiere una inversión significativa, teniendo en cuenta que el elemento más importante de la RIA es la rápida derivación, intercambio y análisis de información fiable y su uso en el conocimiento de la situación y la toma de decisiones informadas.